viernes, 24 de febrero de 2012

Un día cualquiera

Me fascina como un día cualquiera, sin comerlo ni beberlo, te puede cambiar la vida. O al menos una parte de ella, y crear un sentido de existencia auténtico, perenne e incesante. Llevo más de veinticuatro cuatro horas sin dormir y sigo sin poder pegar ojo. Hace unas horas aún echaba “la culpa” al café de ayer por la tarde, que tomé acompañada de una buena e inspiradora amiga. Pero visto lo visto, esto es algo mucho más “grave” que una simple dosis de cafeína, aún reconociendo que soy una persona algo hiperactiva por naturaleza.

Siento muchísimas ganas de expresar lo que me pasa por dentro, de explicarme y explicar a qué se debe tanto alboroto interno. Y es que aunque hoy sea un día cualquiera, y no tenga un motivo aparentemente especial (sigo en mi cuarto estudiando, como de costumbre hace ya unos meses…) siento como si anoche hubiera vuelto a nacer. Y como si cada día, desde hace ya unas cuantos, estuviera aprendiendo a pasos agigantados de qué va esto a lo que llamamos “vida”. Y lo que más me entusiasma, es que cada momento que vivo lo siento como una nueva oportunidad para realzarme y empezar de nuevo, y seguir trabajando y luchando por quién soy, por lo que siento, por lo que quiero.

Y es en lo más recóndito de esos esfuerzos, en los días más oscuros, en las largas noches en vela como la de ayer, deliberando, pensando, creando… cuando más me doy cuenta de que las mejores ideas, las más creativas, las más verdaderas, salen de ese empeño, tal y como ya decía Picasso.

Me lo tomo con calma, pero también intento nutrirme de cada información que llega a mí, no importa el formato: palabras bellas y no tan bellas, silencios, enfados, llantos, risas, sueños... Cada una de ellas son maravillosas fórmulas que tenemos en nuestro poder para vivir plenamente, e ir alejándonos cada vez más del pasado y desvinculándonos del futuro, para sentir el ahora y escoger el cómo lo vivimos.

Por todo ello hoy, un día cualquiera, quería compartir mi felicidad, expresarla conmigo misma y con los demás, como regalo de mi esfuerzo. Alegar que después de años de búsqueda, sé por dónde van los tiros... y cuál es mi camino profesional. Sé que está enfocado en el trabajo para y con las personas, utilizando todo lo aprendido para avanzar y así poder dejar un legado, mi pequeña contribución al crecimiento personal y en sociedad. Marketing social, inteligencia emocional, comunicación, psicología... otra vez no importa el formato, pues sé que teniendo un para qué, encontraré el medio y el destino de llegada.

Y esto hoy merece una celebración. Brindo por mí, por todos mis compañeros (aquellos que me acompañan en este viaje y lo seguirán haciendo, aquellos a los que quiero tanto, aquellos a los que incluso ni se han percatado de lo mucho que me han ayudado...), pero sobretodo, hoy brindo por mi primero, porque si no fuera por la menda, hoy yo no estaría aquí.

Hoy, aunque es un día cualquiera, es mi día. (y trataré de no dormirme para disfrutarlo :P)

:)

pd: acompañada de esta canción..