sábado, 31 de diciembre de 2011

Parole, parole, parole

Últimamente no paro de escuchar palabras bonitas. Palabras bonitas por aquí, palabras bonitas por allí. Si le añadís el tonito de la canción de los pajaritos, notaréis aún más la ironía de la frase.

Tooodo es maravilloso y digo estas cosas porque yo soy así. Porque me fascina pegatina hacerte sentir bien. Porque te quiero y adoro con locura. Porque eres mi más querido amigo o amiga, novio o novia, hermano o hermana, empleado o empleada, ciudadano o ciudadana, podría seguir pero ya os hacéis a la idea.

Porque yo sé lo que digo, y si digo algo lo cumplo. Porque me baso en unos valores que lo fundamentan y te podría sacar una tesis de 100 páginas insofacto. Claro que sí campeón-a. Palabras que suenan a melodía, como notas tocadas con la mayor delicadeza. Entran por tus orejas, y hasta si te descuidas por el resto de tus orificios. Son embriagadoras, sabias, astutas. Y qué bien te sientes cuando las oyes, aunque sólo sea una emoción momentánea, tan momentánea que instantes después de oírlas, te das cuenta de que a veces las palabras pueden tener más maquillajes que una drag queen, (con todo mis respeto a estas personas) y además albergar toda la no sinceridad que puede existir.

Me revienta por dentro, me cabrea, me quema oírlas y aún así, sonrío y las dejo pasar.

Luego hay veces en que las palabras se trasladan a otros ámbitos, más modernitos quizás. Ahí ya son la monda lironda. La “exquisité” personificada. Con fotitos, cancioncitas y demás adornos quedan la mar de monas. Ahora sí que me entran por todos los sitios sin dudarlo. Y por supuesto, siempre suenan mucho mejor, cuantos más amigos tengas en tu cuenta y puedan disfrutar de ellas, y de tu maravillosa espontaneidad, creatividad y persuasión. Patético. Realmente patético quiénes actúan basados en el qué dirán o para aumentar su índice de popularidad “social”. ¿Será que prefieren vivir una vida plena, virtual claro? Pues la llevan clara, porque muchos de ellos, ni con éstas lo consiguen. Un consejo: trabajen más la popularidad interior. El índice que se quieren a sí mismos sin opiniones ajenas, ni me gustas, ni palmaditas en la espalda.

Menos parole señori y más “actuacioni”. Me he hecho intolerante del interpretar por el interpretar. Si lo sientes, hazlo. Fácil.

Busco realidades, no palabras huecas.

PD: Mi próposito de 2012: Hechos, no palabras.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Resplandor invernal

En unas horas comienza una nueva estación, y con ella, decimos adiós al otoño, un año más.
Aunque más que un adiós, podíamos decir que es un "hasta la vista" o un "hasta luego", pues tenemos la certeza de que volveremos a reencontrarnos con él pronto.
No obstante, de todos los tipos de adiós posibles, siempre llega uno que resulta ser el definitivo. Es ese tipo de adiós, que inicialmente suena a un "hasta luego", brindándote la certidumbre de que en breve volverá. Pero finalmente, era un hasta luego encapuchado, que escondía un tímido final en su interior.

La capucha es destapada cuando estamos preparados para afrontar que hay dentro de ella, cuando con anterioridad hemos entrenado para verle la cara, tras muchos hasta luego y algún que otro amago de adiós consciente. Afortunadamente, tenemos un carácter moldeable, que vamos forjando tras estas despedidas iniciales, que son sólo el "inicio del fin".

Tras el adiós, desorientada, veo como el mundo sigue interpretando su película, ajeno a mi, como si nunca hubiera sido la protagonista de su guión. Me siento demasiado ligera, como si algo que había formado parte de mi se hubiera ido, y a la vez perdida, tal vez buscando el sueño profundo en el que caí.

Pero ya no tengo sueño.

Miro hacia atrás y no veo nada. Me observo de frente y me recreo en mi imagen, me atrae. Miro hacia delante y una luz resplandeciente ilumina mi camino, y aún no sé muy bien por qué, pero sonrío.

Será que a pesar de la oscuridad del invierno, hay luces que no se apagan y despedidas que merece la pena vivir.

:)

viernes, 16 de diciembre de 2011

Elige elegir

Una vez vi en un vídeo una interpretación del concepto tiempo diferente a la que conocemos. El recuerdo es un poco difuso, pero el autor explicaba que existía un pueblo indígena de Sudamérica, en el que el concepto espacio-temporal no es vivido tal y como nosotros lo entendemos. El motivo de todo esto es la base de la filosofía de vida de aquel pueblo. Y es que estas personas no pueden entender que haya un límite en hacer algo que tú deseas hacer. Pongo algunos ejemplos de nuestra delimitación del tiempo: Estudiante de medicina, carrera de medicina, cinco años. Comerciante, jornada laboral completa, ocho horas. Niño de primaria, escuela pública obligatoria, seis horas. Para estas personas dedicar tiempo a algo, es sinónimo de desear hacer algo, por eso cuando se les explicaba a este pueblo nuestra delimitación del tiempo se preguntaban: ¿Por qué poner límites a lo que deseas hacer?.

Sin embargo, para nosotros, en muchas ocasiones, dedicar tiempo a algo es sinónimo de obligación. En este pueblo, además, tampoco existen conceptos como el de esfuerzo o perseverancia, para ellos, palabras con connotación negativa relacionadas con algo de naturaleza positiva. En otras palabras, no entienden que algo que apasiona a alguien pueda estar ligado aspectos negativos.

La delimitación del tiempo en lo que estamos haciendo, nos coarta en la creatividad del trabajo en sí, nos fustra en las ocasiones en que las que lo que estamos haciendo no es nuestra vocación real, aumenta nuestro nivel de estrés pues nuestro foco de atención muchas veces no es capaz de proyectarse hacia otro pensamiento que nos equilibre, nos mantiene alerta y nos advierte de una fecha de fin que nos hace desconectar del momento presente y de la actividad en sí.

Son solo juicios de valor, que me llevan a una conclusión: y es que los límites temporales son formas de controlar una situación/tarea de naturaleza incontrolable, sea ésta o no agradable para quién la asume. ¿Quién estaría ocho horas realizando un trabajo sin remunerar que no es de su agrado por voluntad propia? Suena un poco absurdo pensar que una persona pueda pasar más de una tercera parte de su vida dedicando horas a algo que no le trae recompensa alguna. E igual de absurdo suena que esa misma persona delimite las horas cuando está haciendo algo que le apasiona. Esto último se llama ilusión, concentración en el momento presente, vida. Y si nos ponemos a rascar un poquito más, que a mi me encanta, el colmo de lo absurdo llega cuando una persona que realiza una labor en la que no tiene un mínimo entusiasmo tenga la obligación de acometerla sólo por el hecho de sobrevivir. Aquí es donde entraría el concepto de vivir para trabajar, con el que todos estamos tan familiarizados.

Supongo que no es sencillo, en un sistema tan "cuidadosamente" estudiado, comenzar a plantearse si este es el camino que queremos continuar en un futuro, si preferimos agachar las orejas, y aceptar que “un trabajo es un regalo en los tiempos que corren” y acepto lo que sea, y me siento un afortunado solo por ello o comenzamos a pensar en otras posibilidades de organización. Ojo, no estoy criticando a nadie que esté en esta situación, estaría bueno, y más en los tiempos que corren. Pero mi argumento va más allá, trato de preguntarme qué podemos sacar en claro de estas situaciones.

Me gustaría que llegara un día, que probablemente yo no veré, en que la gente tenga la oportunidad de elegir, y sobretodo sepa elegir, qué ser, cuál es su papel en la vida, cuáles son sus habilidades inatas, su tipo de inteligencia y se le facilite el acceso a esta información, mediante, como ayer me decía un amigo mío muy sabiamente “profesores guías” que no se dediquen a enseñar, si no a guiarnos por el sendero que de forma natural, nos sale caminar.

Hablaba también ayer con este amigo, del país de Bhután, y su sistema basado en el FIB (Felicidad Interior Bruta). Bhután es un país montañoso del sureste asiático, en el que sus habitantes miden su bienestar en base al incremento o descenso de su felicidad, basándose en los valores de bienestar psicológico, salud, educación, buen gobierno, vitalidad de la comunidad y diversidad ecológica.

¿Y si parte de la solución implicara compromiso? Un compromiso personal de aportar tu sabiduría y habilidades a tu comunidad, resultado de años de dedicación de ésta a la búsqueda de tu papel en la misma, durante los años de tu infancia y adolescencia, mediante la educación emocional y creativa, y con el apoyo de un gobierno que luchara con el objetivo de aumentar la estabilidad en la felicidad de sus habitantes.

Qué bonito suena, quizás a un mundo de color de rosa con el que todos soñamos alguna vez. Pero siempre insistiré en que los sueños se hacen realidad si existe verdadera voluntad de llevarlos a cabo (con un mínimo de realismo y sensatez, todo sea dicho). Y es que el gusanito no será mariposa mañana, si no que para que una sociedad se transforme, existe un "coste de transición" en años y personas dedicadas a que esto ocurra. Muchas de ellas, son personas que actualmente "sobreviven", pero que tienen sueños más allá de la supervivencia y más allá de su persona, y gracias a ellos y a otros muchos, las palabras pasarán algún día del tintero a la realidad.

Y es que, ¿qué limite temporal podría haber cuando haces algo que te envuelve? ¿Qué sensación de paso del tiempo puede tener un compositor musical que se pasa los días escribiendo sus melodías, actividad que más ama en el mundo? ¿Tendrá la misma sensación de paso del tiempo que una persona puede pasar delante de un ordenador durante una jornada laboral rutinaria?

El tiempo es subjetivo, y esa subjetividad depende de que estemos realizando una actividad en la que inconscientemente dejamos pensamientos ajenos de lado y somos capaces de fundirnos en ella, hasta ser solo uno.

El límite, sea del tipo que sea, no existe, el límite lo pones tú con tu elección de lo qué haces en la vida. Y si eres de los que hoy sobrevives y no tienes la oportunidad de elegir, elige elegir mañana.


:)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Alguien especial

Ayer hubo una persona que me contagió. Una persona que jamás antes había visto en mi vida. Una persona, que a pesar de las diferencias que nos separan, supo ver lo que hay dentro de mí, y en un instante leyó cosas que yo en años había leído. Una persona que desató un proceso, hoy irrefrenable. Una persona que con sólo mirarme a los ojos despertó en mi sentimientos y emociones guardadas bajo llave. Una persona que ha conseguido que hoy mis dedos tiemblen al escribir, recordándola.

Una persona, como otra cualquiera, sin nada especial, aparentemente. Una persona cuyas palabras me dejaron paralizada y no supe reaccionar. Quizás es que todo eso que me decía yo internamente lo intuía, pero su reconocimiento sacó de dentro de mí el apoyo y la fuerza que inconscientemente llevaba buscando hace mucho tiempo.

Sentir como sus palabras provenían de su corazón provocó infinitas emociones en mí. Ver sus ojos enrojecidos hicieron enrojecer los míos. Una persona que pasó desapercibida en muchos instantes en los que la tuve cerca, pero que a partir de este momento tendré presente aunque nuestros caminos no se vuelvan a encontrar.

La bondad de sus palabras, la sinceridad que vi en ellas, y el brillo de sus ojos, hicieron que mi ilusión se desatara, que mis ganas de seguir el camino de mi corazón se multiplicara.

Estos días he realizado un cuso de Inteligencia Emocional, en escuela de inteligencia, una experiencia inolvidable, difícil de describir con palabras, pero tremendamente sencilla vivirla desde el corazón.

Al principio estaba ausente, no conseguía introducirme de lleno en ese aura de emociones creada por un grupo de personas tan diverso. Tomé el papel de observadora, pero poco a poco y sin saber exactamente cómo, ocurrió. Y me encontré partícipe de ese clima tan especial.

Ojalá algún día todas las personas puedan vivir experiencias similares, y que la educación en inteligencia emocional sea una realidad. Experiencias en las que no existen máscaras, ni barreras, en el las personas abren su corazón y dan lo mejor de sí, con el sano objetivo de identificarse a si mismas y a los demás.

Gracias a ti, y a este curso, he recordado que los sueños se hacen realidad. Que las pasiones son reales si les pones un nombre y luchas por ellas. Que la belleza del ser humano es infinita, y que todos, absolutamente todos, tenemos esa belleza en alguna parte de nuestro interior. Sólo hay que rascar un poquito, a veces un muchito… pero siempre acaba saliendo.

Y es que cómo dice Hamlet Lima Quintana, hay gente, que con sólo decir unas palabras, enciende la ilusión y los rosales..

Y tú ¿de quién enciendes la ilusión?

y a ti ¿quién te enciende la tuya?

;)



sábado, 20 de agosto de 2011

Las ONG´s y su relación con los señores M

Aún habiendo releído muchas veces las aportaciones de la pirámide de Maslow a las acciones de marketing y publicidad, cada vez me quedo más sorprendida de la seguridad con la que todavía muchos artículos y libros hablan de este asunto. Explicando, con toda naturalidad, la satisfacción de las necesidades de las personas mediante el consumo de productos.

Estoy de acuerdo en que las necesidades como tales, están presentes en nuestra naturaleza como humanos, y el deseo de cubrilas es algo intrínseco a nuestro ser.

Por otra parte, cuando suelo debatir el tema con amigos y demás, escucho frases como: "El marketing crea necesidades" , "la publicidad te mete los productos por los ojos", "estoy harto de tanta telebasura", etc.

Y es que no es oro todo lo que reluce, a vista de las diversas opiniones in crecendo de la sociedad y la impopularidad generalizada de las acciones publicitarias. Parece ser, que por muy bienintencionados que hayamos sido la gente de marketing, con nuestro amigo Maslow no se soluciona todo.
La realidad es que ni los de marketing somos tan buenos que pensamos sólo en la satisfacción de nuestro cliente, ni el cliente tiene derecho a justificarse con un "me lo han metido por los ojos".

No podemos ignorar que las actividades marketinianas están sufriendo la "crisis de la incredulidad" de una gran parte de la población, que permanece inmóvil hasta cuando lo que hay detrás de la acción es una campaña de marketing social de una ong. No distinguiendo, por tanto, el objetivo de unas y de otras (con y sin ánimo de lucro). Y con toda la razón, pues al final muchas ong´s utilizan las mismas técnicas "agresivas" en la consecucción de sus objetivos que las que se han venido utilizando en el mundo empresarial.

Observar este tipo de situaciones hace que me plantee el hecho de hasta que punto las acciones de solidaridad y altruismo llevadas a cabo por las ong´s son valoradas en la sociedad y si éstas están contribuyendo realmente a mejorar la felicidad de las personas, o son sólo un parche para un sistema ya truncado.

Me pregunto entonces: ¿Son las ong´s parte del problema, entendiéndolas como reaccionarias ante las acciones negativas que nos acontecen, o en cambio, son parte de la solución y del cambio real y social que tanto añoramos?

Mi innato optimismo me hace ser partidaria de lo segundo. No obstante, considero que es hora de replantearse el método de trabajo de muchas ong´s que han tomado como referencia los principios empresariales fallidos durante años en las empresas, y dejar de continuar compartiendo bajo el mismo fondo, una forma diferente.

A modo de ejemplo, me viene a la cabeza la iniciativa del Crowdfunding, una actividad innovadora y ética, mediante la cual las personas colaboran en la financiación de proyectos que consideran de valor para la sociedad. Mediante el crowdfunding, las personas conocen cual va a ser el destino de los fondos que aportan y tienen la oportunidad de seguir los pasos del proyecto según éste vaya avanzando. Suena genial.

Volviendo al tema de las necesidades y al señor Maslow, creo que una forma más ética de realizar marketing sería yendo más alla de la premisa de que la satisfacción de una necesidad humana implica un desembolso económico.

Además, como opinión personal, lamento no coincidir con el sr Maslow en el orden en que presenta dichas necesidades:




Según el autor, necesitamos cubrir nuestras necesidades sociales (amor y afecto del resto) para después cubrir la necesidad de estima propia. Permítame Sr Maslow discutirle, sin posibilidad de defensa por su parte, la siguiente cuestión: ¿Cómo es posible que una persona que no se estima deba buscar antes la estima de los demás? ¿No es acaso eso búsqueda de aprobación ajena como consecuencia de vacio interior?. Cuestión a reflexionar, relacionada con la inteligencia emocional.

Conclusión del día:

¿Qué tal si hablamos de marketing para las personas en vez de marketing para los "clientes"?

Una forma de que los señores M, marketing y necesidades, convivieran feliz y éticamente, sería dejar a un lado la satisfacción económica que supone el diseño y desarrollo de un producto para sus creadores, y preguntarse de forma racional y responsable qué supone la presencia de ese producto en sí en la sociedad.Preguntas como: ¿es útil realmente el producto? ¿va a ayudar realmente a mejorar la sociedad?, e incluso: ¿contribuye éste al crecimiento personal quiénes lo compren?.

Pensaréis que la unión que he realizado entre marketing y desarrollo personal es algo complicado de desarrollar. Sin embargo, yo estoy convencida de que todas las enseñanzas pueden tener una interrelación y utilizarse para un objetivo sano, ética, social y espiritualmente. Al final es la intermediación de muchos factores la que hace que una realidad sea posible. Lo realmente importante es estar de acuerdo en los ítems básicos a especificar para que esto ocurra: ¿Qué determina que una sociedad esté "sana"? ¿Qué falla en nuestro interior que buscamos en el consumo? ¿Por qué desde los departamentos de marketing olvidamos muchas veces que trabajamos para las personas?.

Pero no hay cara sin cruz. Y por supuesto no sólo está en manos de la gente de marketing el cambio en la forma de consumir. Como consumidores individuales, tenemos derecho y la obligación de ejercer el "voto económico". Voto que a veces olvidamos, seducidos por la combinación de los señores M que realizan los libros empresariales, siendo incapaces de controlar muchos de nuestros impulsos de compra.

Por lo tanto, por una parte, marketing ético-responsable para las personas y desde el inicio. Entendiendo el inicio como el momento en que una persona se plantea emprender un determinado negocio empresarial.
Y por la otra, consumidor ético-responsable que ejerza su derecho a voto.

Todos somos protagonistas de lo que pasa a nuestro alrededor, tengámoslo presente.

:)



jueves, 11 de agosto de 2011

Causalidades de la vida

6 pm. Suena el despertador.

Hoy me levantado bien a pesar de haber trasnochado. ¡Qué curiosas las fases del sueño!

Abro el grifo de la ducha y mientras cae el agua termino de espabilarme.

Café, tostadas, y diez minutos de silencio. Mi gran tesoro matutino.

¡Anda son y media! ¡Qué rápida fui hoy! Estoy que me salgo.

Me tumbo media horita más.

Abro un ojo. ¡7.25! Nunca cambiaré. ¿O sí?

Me meto en el armario y salgo hasta con chanclas.

Llaves, móvil, libro. Listo.

No pienses que llegas tarde, o llegarás.

Vale, voy bien. Aún no está el chico de periódico.

Abro el bolso. ¿Bono metro donde estás? Juraría que te había dejado aquí hace un minuto.
¿O fue ayer?

Veo de lejos como llega el metro. ¡Corre Laura, tú llegas campeona!

Vaya, está vez lo de creérmelo no ha funcionado.

Genial. Tengo justo cuatro minutos para terminar el capítulo que ayer dejé a medias. ¿O fue antes de ayer?

Ya está aquí. Mira un asiento libre. Me la juego a tope. A esa pobre mujer le pesan los años para llegar antes que yo.

Mirada desafiante. Uy, pues de pie no se está tan mal. Total, ya sólo quedan dos minutos.

¡Llego tarde! Para Laura, otra vez estás con tus paranoias.

Hoy si lo veo le digo algo.

Me tropiezo y caigo encima suyo. ¡Qué planazo!

Igual hasta me sale natural. Definitivamente he cogido las chanclas equivocadas. Eso son las prisas.

¿Prisas? ¡Bus! ¡Trabajo! ¡Dinero! ¡Argentina! ¡Sueños! ¡Coooorre Laura dalo todo!

¿Pero qué pasa hoy? ¿Se levantaron tarde todos señores?

Sube las escaleras de 2 en 2, de 3 en 3. Vale para. 4 son demasiado.

PUUUUM. Uy, disculpe.

¡Es él! ¿O no? Solo consigo verlo de espaldas. ¡Qué trajeado vas hoy amor mío!

Se me escapa. Laura prometiste decirle algo. Da tu vida en ello.

Calvo, mal vestido, ¡déjame pasar que he de casarme!

Está girando..gira.. ¡giró!

Culpa del calvo.

Que dura he sido. En realidad el calvo no tiene la culpa. Sólo proyecto mi rabia en él.

No pasa nada Laura. Observa como el calvo flota, vuela y se aleja. Y con él, tu rabia. Relax.

¡Eeey, pero mira como flota el tio! ¡Qué guaaapo!

Sonrío porque estoy segura de que lo volveré a ver, tan segura como que hoy no llego tarde.

Sprint.224.¿Bono bus donde estás? Juraría que te dejé aquí ayer. Justo al lado del bono metro.

¿Va al barrio del aeropuerto? Gracias. Era por asegurarme, como cada mañana que le veo.

¡Sitio libre, fondo, derecha, raaaas!

Esta vez gané a la abuelita. ¡De pie se está genial señora! Yo ya lo comprobé.

Son y 54. Tengo 8 plácidos minutos para mí. Maravilloso.

Decido mirar por la ventana, antes ya leí, y dormir sería arriesgado.

1,2,3 paradas. 1,2 escalones. Queda la cuesta.

El estanco está cerrado. Buena señal. ¿O estarán de vacaciones? La gente se va de vacaciones.

Miro al fondo. Los chicos del café están fuera fumándose el cigarro.

¿Hoy no dicen nada? Pues lo digo yo. ¡Hola!

Giro y listo. Miro mi dedo. Ficho a la primera.

PIIII. Vaya. A la segunda. La tecnología a veces falla.

8.16.

Causalidades de la vida, hoy también me pasé de hora.

Pero mañana lo consigo seguro.

Tomaré un café como recompensa.

¡Buen día princesa!

:)

viernes, 17 de junio de 2011

De cero a cien

Es increíble lo rápido que puede cambiar nuestro estado de ánimo. Sin apenas darte cuenta, en milésimas de segundo, sientes que eres otra persona totalmente diferente. No sabes como ha ocurrido, pero tu cerebro ha empezado a segregar tanta oxitocina que la euforia te secuestra. Te lleva a un mundo paralelo, donde no existen los miedos, donde no valen los peros. De repente, subidón.

Es increíble como igual que aceleras, con la misma rapidez, frenas en seco, estampándote contra tu rabia. De repente, la ira te desata.

Es una carrera sí, pero emocional. Goleman le llama explosión emocional. Tienes tantas neuronas interconectadas a la vez en tu cerebro emocional, que no dejan que el neocórtex (cerebro racional) intervenga. Están demasiado ocupadas en enviar a tu cuerpo órdenes del tipo: ¡Aumenta tu rítmo cardíaco! ¡Respira más fuerte! ¡Mueve tus músculos! Y de ahí que tengamos la sensación de pérdida de control. ¡Si es que estábamos viajando en el coche fantástico y no teníamos ni idea!

La raíz de esta explosión está en nuestra memoria emocional “Dícese de la parte central de nuestro cerebro emocional (amígdala e hipocampo) que almacena toda la información referente a nuestras emociones”, desde hace ya unos poquitos millones de años. Es también la base del neocórtex, o cerebro pensante, el cual se desarrolló algo más tarde.

Cualquier percepción que recibas del exterior a través de los sentidos llega primero a esta parte del cerebro emocional, y sin ser conscientes de que hemos procesado la información, la memoria emocional la reconoce y determina su agrado o desagrado al respecto antes de que ésta pueda ser analizada por el cerebro racional, que es la parte consciente (neocórtex). Paralelamente al recorrido de la información hacia la parte emocional, pero por otra vía un poquito más larga (lo suficiente como para haya una diferencia entre ambas) esa misma información viaja al neocórtex donde se analiza, se contrasta con otras informaciones, se elabora una opinión al respecto, y se determina una respuesta racional y adecuada a la misma.

¿Conclusión? Razón y emoción pueden coincidir o no en opinión.

Y si emoción dice a, y razón b ¿qué pasa? Pues que nos toca hacer de mediadores, y jugar con las interconexiones que hay entre ellas para llegar a un acuerdo. Y es que como todo o casi todo en la vida, los extremos rara vez son buenos.

Antes le tenía tirria a la razón, la creía aburrida, monótona. Rompía mi esquema del mundo, mis pequeñas locuras, aquello que creía tan mío. Me sentía pura emoción, tanto que aún estando al borde del precipicio, las disfrutaba o sufría con toda su intensidad. Ahora pienso que una era adicta inconsciente a la adrenalina. Viviendo al margen de toda razón casi me convierto en una kamikace.

Por eso prefiero consultar a la razón. Y le estoy cogiendo el gustillo a eso de controlar de mis emociones, que no quiere decirse que no las deje salir, que conste. Pero las llevo firmes. A las 10 en casa, nada de carreras, y si se ponen tontas, se quedan sin coche.

¡Que para dar órdenes, ya estoy yo!

:)

pd.- Aún así.. a veces me siguen cogiendo las llaves..


lunes, 6 de junio de 2011

Creer para ver: Inteligencia Emocional y RSE

Toda actuación relacionada con la RSE (Responsabilidad Social Empresarial) tiene que venir determinada por una base que la sustente, esto es, en grosso modo, estar educados en este ámbito y ser consecuentes con lo que vamos a hacer. Es importante que exista una coherencia real que relacione lo que somos como organización y como personas, con la estrategia RSE que queramos implantar.

Algo que no creemos, y con lo que no estamos de acuerdo, difícilmente puede convertirse en una realidad, pues si no tiene un verdadero respaldo detrás, podrá tambalear en cualquier momento y poner en peligro el éxito de la implantación de cualquier política organizacional. “Podrás lograr aquello que crees” frase que leí una vez y que resurge en mi mente muy a menudo.

Hace apenas un mes realicé un curso de Inteligencia Emocional, y me percaté de lo faltos que estamos de ésta, y de la necesidad de que las personas aprendamos a ser conscientes de nuestras emociones. Emociones, para mi sorpresa, todas gestionables y convertibles en aprendizaje. Por lo que en principio, ninguna emoción (alegría, sorpresa, miedo, frustación, etc.) es considerada negativa, ni aparece con el objetivo de hacernos daño, a no ser que no sepamos manejarla y se convierta tras su paso por la razón (idea racional que tengamos de la emoción en sí) en sentimientos negativos como podría ser el odio.

De ahí la importancia del autocontrol que señala David Goleman en su libro de Inteligencia emocional, y de saber poner límite al tiempo que vamos a pasar sintiéndolas. A priori, la alegría puede ser magnífica emoción, pero si no sabemos manejarla, se puede convertir en euforia y provocar desconexión con la situación real y actuación impulsiva. Esto sucede por la falta de reflexión-consulta previa con nuestra parte racional, y son conductas que suelen traernos consecuencias no deseadas. La tristeza, sin embargo, emoción que podríamos considerar en un principio negativa, (o al menos yo la consideraba antes de realizar el curso) bien gestionada, puede aportarnos mucha información acerca de nuestros verdaderos sueños y anhelos, y encaminarnos hacia nuestros objetivos.

Por lo tanto, lo deseable es conseguir el equilibrio entre mente y corazón. La emoción nos mueve, pero necesita de la razón para dirigirnos. De ahí la relación entre Inteligencia Emocional y RSE, tocar el corazón de nuestras personas nos da el empujón necesario para implantar cualquier política de RSE, y utilizar la razón garantiza el éxito en esta implantación.

Primero voy a entenderme, voy a saber quien soy, y para qué estoy aquí. Sólo entonces, podré entenderte a ti, pues a través del previo conocimiento y vivencia de mis emociones, habré aprendido a identificar esas emociones y sentimientos en ti. Y saber reconocer como te sientes en determinadas ocasiones me proporcionará la información necesaria para tratarte en consecuencia y mejorar nuestra relación. Y ahora sí estaremos preparados para reflejar aquello que somos y creemos en nuestro contexto organizacional (o de cualquier otro tipo).

La gran ventaja de la IE es que se aprende, por lo que podemos considerarla un proceso del que extraer conclusiones e ir analizando los avances de nuestras personas y de nuestra organización, identificando aspectos a mejorar y estado de clima laboral.

En resumen, la IE y la RSE en conjunto pueden transformarnos y transformar. Son herramientas complementarias y poderosas con las que las posibilidades de éxito real en la organización se disparan y nos acercan hacia un contexto social más responsable y humano.

Creamos en ello y lo veremos reflejado. Así de simple.

:)

jueves, 19 de mayo de 2011

Una cosa es votar, y otra participar

O lo que es lo mismo, una cosa es democracia representativa y otra democracia deliberativa.

Todo el mundo habla de qué hacer en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo. De cuál es la opción más responsable y propicia para el cambio. Estos días he escuchado opiniones diversas, que comparten objetivo, la mejora de la situación ecónomica y política del país y el desacuerdo con los dos partidos mayoritarios, pero a la vez implican acciones contrapuestas. Como es el caso del voto nulo que promueven ciertos movimientos o el voto a partidos minoritarios de otros.

He escuchado a gente con las mismas ganas pero que el día 22 harán cosas muy distintas..

Y ante tal situación.. me pregunto.. ¿entonces qué va a pasar? Si todos queremos que la situación actual país mejore ¿Lo lograremos?

Y, he aquí una reflexión propia, que he podido hacer gracias a Adela Cortina, y su ponencia acerca de cuál es la realidad del sistema democrático actual.

Adela habla de una distinción entre políticos agregacionistas o políticos que basan el sistema democrático en el voto, y políticos “deliberacionistas”, para los que la democracia es la suma del estado y la sociedad civil, entendiendo ésta como el diálogo previo con la ciudadanía antes de formular cualquier ley.

Es decir, si atendemos a los pasos para la creación de una ley o acuerdo político:

1. Exponer desacuerdos

2. Argumentar como llegar mejor a las metas

3. Llegar al acuerdo e informar de éste

4. Votar

Para el político deliberacionista lo importante serían los tres primeros puntos, haciendo coincidir autores de las leyes y destinatarios de las mismas, y para el agregacionista sería el punto cuatro, dando casi la total relevancia al voto.

Los políticos que dan una gran importancia al voto, en detrimento de los otros tres puntos, ignoran que la deliberación (participación) tiene la capacidad de transformar las preferencias y los intereses de una forma constructiva, pues existe un objetivo de mejora común compartido. PENSAR POR OTROS NO ES LA SOLUCIÓN, aunque los agregacionistas lo crean, o al menos así lo demuestren determinadas actuaciones. La solución es saber escuchar y escuchando, incluso pedagógicamente, podemos aprender los unos de los otros y cambiar en un momento dado esas preferencias.

Aunque partamos del desacuerdo, lo importante es llegar a un “nosotros queremos una sociedad mejor”. Y de esta forma, siguiendo un proceso deliberativo real, somos conscientes de esas metas comunes y se forma esa amistad cívica real.

Y ese querer hacer juntos es justo lo que están haciendo ahora miles de jóvenes, en la revolución pacífica promovida por Democracia real ya.

Jóvenes en toda España se concentran estos días en las calles, dispuestos a la acción para el cambio. Comparten sus ideas, se escuchan, y aúnan las fuerzas y la ilusión que promoverán ese cambio. Pues están dispuestos a superar la pasividad de la no participación, previa deliberación.

Y habrá desacuerdos, por supuesto,..pero también respeto mutuo..

Hay que tener en cuenta que los desacuerdos a veces no son de preferencias o intereses individuales, sino de convicciones morales (caso del aborto). Pero a pesar de ello, el sentido común nos lleva a ese querer hacer juntos, a querer conseguir que el mundo, que la sociedad, y que nosotros mismos seamos mejores personas.

Por eso es importante que en ese proceso también participen expertos y otros grupos de interés. No se trata de querer imponer nuestros pensamientos en el otro, ni tampoco de dejarnos convencer. Se trata de que sepamos valorar puntos de vista distintos. Quizás a veces se dé el caso de que la otra persona te acabe “persuadiendo positivamente” pues en el proceso deliberativo habrá habido un aprendizaje que haya hecho que una de las dos partes ceda, y otras veces sucederá a la inversa, serás tú quien defienda tu argumento y lo expongas de tal manera que la otra persona, dispuesta a escucharte, estreche lazos contigo y cambie parte de sus preferencias o intereses, para acercarse a los tuyos .

De esta forma, incluso sin llegar a un acuerdo, se puede reducir hablando, aclarando términos, acomodando esos desacuerdos. Olvidando el autocentramiento, y ganando en simpatía y compromiso. Ese compromiso que rompe el vínculo estrecho entre bienestar individual y grupal, con acciones que no me afectan directamente, pero con las que quiero comprometerme, como podría ser la pobreza o la inclusión social.

Entonces, vayamos a votar, por supuesto es un punto importante, pero no olvidemos el resto de puntos, que implican un trabajo más allá del voto. Y en ello están los miles de jóvenes que una día más, hoy duermen en las calles haciéndose escuchar. Desde aquí, mi más sincero y cálido apoyo.

Lo lograremos.

:)

lunes, 9 de mayo de 2011

Árboles lilas

Tendría unos 6 o 7 años. Aún recuerdo la escena: mis gafitas rosas, mi coleta alta y mis caracoles, igualitos a los suyos.

Dibujaba alegremente un paisaje, en la mesa de aquel restaurante, que recuerdo como mi segunda casa. No me dejaba ni un detalle, la hierba, el sol, las nubes.. y un árbol. Luego miraba mis plastidecors, les sacaba punta, escogía mi preferido y coloreaba despacito para no salirme de la raya.

Era importante también pintar en la misma dirección y no dejarse huecos blancos, detalles que no podían pasar por alto para un acabado perfecto. En el fondo, desde pequeñita, sin saberlo, ya actuaba como él.

Le recuerdo mirándome detrás de la barra, atareado como de costumbre con proveedores y clientes, con su camisa blanca, el bolsillo lleno de tinta por su despiste de dejar el boli abierto, y su bigote negro. Como picaba aquel bigote, pero cuanto me gustaba.

Estaba pintando el árbol, cuando de repente se acercó. ¿Por qué pintas el árbol lila hija? Me preguntó. “Por que a mi me gustan así, lilas” respondí. “Laura, tienes que empezar a pintar las cosas como son, los árboles son verdes, tienen el tronco marrón y así deberías pintarlos”.

Vaya, eso era cierto, los árboles eran como él decía, pero sin embargo lilas me parecían mucho más bonitos. ¿Que importaba? Era mi dibujo, yo elegía, y dejé volar ese comentario, como si no fuera conmigo.

O eso creí, hasta hace unas semanas, cuando tras una pequeña crisis profesional, me di cuenta de hasta qué punto determinadas palabras se nos pueden quedar grabadas años, si proceden de una figura de apego tan importante para nosotros.

Todos tenemos un talento, algo que nos entusiasma, que disfrutamos haciendo y que además se nos da bien hacerlo. Kem Robinson, experto en educación, habla del desarrollo de la creatividad, la búsqueda de nuestro talento y la conversión de éste en nuestra profesión, en este capítulo de redes. Según Robinson, autor del libro “El elemento: descubrir tu pasión lo cambia todo”, existen personas que nacen con una idea muy clara de lo que les apasiona y crecen en un contexto propicio que les lleva a desarrollar ese aspecto de su vida. Hay otras personas que lo encuentran por el camino, barajando distintas posibilidades y sin aversión al cambio alguna. Y hay otras que no lo llegan a encontrar, por qué ni si quiera saben que existe, o simplemente creen que el talento y la creatividad es cosa de poetas, artistas o músicos, y no se plantean que ellos puedan tenerlo.

Un buen ejercicio para aquellas personas que estén en búsqueda de su talento y que quieran hacer de éste su profesión es el que nos sugiere en este video Pablo Franzo, coach profesional: “Apunta en un papel como sería tu trabajo perfecto, qué te gustaría hacer, como te gustaría que fueran tus días, con quién te gustaría relacionarte, etc.”

Además, también es aconsejable preguntar a la gente que te conoce bien qué aptitudes y actitudes positivas ve en ti, en qué profesión te visualizan y en qué situaciones de tu vida cotidiana te ven más ilusionado.

La escucha a los demás es un ejercicio poco practicado, pero muy sano, que nos proporciona información valiosa para encauzar nuestro camino. Y es a veces nos empeñamos en colorear los árboles lilas, sin plantearnos la posibilidad de probar otros, puede que por excesiva seguridad en nuestro criterio y falta de escucha (veáse mi caso) o por puro conformismo. Opciones que nos impiden apreciar la belleza del resto de colores...

Tras esta pequeña crisis profesional de la que os hablo, yo decidí pintar unos árboles lilas y otros verdes. Decidí escucharme y escuchar. Probar. Buscar mi talento. Y quién sabe, quizás algún día los pinto naranjas. O cada rama de un color. Estoy abierta a cualquier cambio que requiera probar otro plastidecor . Porque lo importante es no dejar de colorear. Y no dejarse huecos blancos, claro.

Y tú ¿de qué color los pintas?

¡Hasta la próxima!

:)

pd: Gracias papá..

sábado, 19 de marzo de 2011

Querido amigo cívico,

Últimamente estoy un poco preocupada. No es que me pase nada en concreto, gozo de buena salud, convivo con gente maravillosa a mi alrededor, y además tengo la suerte de tener a mi alcance los medios que me permiten contactar contigo.

Sin embargo, hace tiempo que no sé de ti, y he de admitir que me siento un poco perdida. Por eso he pensado que quizás ha llegado el momento de encontrarnos y estrechar nuestros lazos.

Y es que amigo, aunque aún no nos conozcamos, siento esos lazos tan fuertes, que hacen que mis ilusiones sean las tuyas, mi sonrisa la nuestra, y mis temores aquellos que a ti también te preocupan.

¿Será amigo que en el fondo somos iguales? ¿Será que aunque no nos hayamos visto tenemos la misma capacidad de sentir, de amar, de disfrutar, incluso de sufrir?

¡Qué ganas tengo de escucharte y compartir inquietudes contigo! Estoy segura de que entre los dos formaremos un buen equipo, seremos más fuertes y podremos hacer cosas jamás imaginadas por separado.

Mientras tanto, me gustaría que conocieras a otro buen amigo, Robinson Devia, de él aprendí qué es “el querer hacer juntos” del que te hablo, y cuál es el verdadero significado de la amistad cívica.

Esperando tu respuesta con muchas ganas, te mando un fuerte y cálido abrazo

Laura

miércoles, 2 de marzo de 2011

¡Hola Doña ISO 26000!

- ¡Hola doña Iso 26.000!

- ¡Hola don empresario!

- ¿Pasó usted por mi empresa?

- Por su empresa yo pasé

- ¿Vio usted a mi gestión?

- Su gestión yo la ví

- ¡Adiós doña ISO 26000!

- ¡Adiós don empresario!



Hace ya unos cuantos cientos de años filósofos tan emblemáticos de la talla de Platón, o su discípulo Aristóteles hablaban, aplicado a su contexto, de conceptos de ética y responsabilidad en la sociedad.

Algunos siglos más tarde, el economista Adam Smith, fundador de la economía moderna y autor del famoso libro la riqueza de las naciones, desarrolla la teoría de los sentimientos morales, y nos explica el origen de estos, vinculando de nuevo, moral y economía, conceptos que nunca debieran ser separados.

Filosofías y teorías que no llegaron a ser implantadas. Así, con el fenómeno de liberación económica del último siglo, y recalco último, para darnos cuenta que hace relativamente poco tiempo que nos hemos olvidado de que la economía no es más que una ramificación del ser humano, y que tiene total y profunda relación con la ética y la responsabilidad, hemos vivido una desvinculación radical de ambos conceptos. Y esto ha sido debido a que hemos estado sumidos en lo que algunos han llamado “estado de bienestar” y a lo que yo llamo “estado ombligo”, es decir, cada uno hemos barrido para nuestra casa.

Respecto a la desvinculación de ética y economía, Adela Cortina nos habla en su libro “Pobreza y libertad”, de que las consecuencias de ésta desvinculación están materializada en las desigualdades de riqueza existentes en el mundo actual, y de la necesidad de erradicar dicha desigualdad mediante un nuevo enfoque, propuesto por el también economista Amartya Sen. Amartya nos habla de libertad, o lo que es lo mismo, que todos las personas tengamos las mismas opciones de llegar a los mismos puntos. Es decir, con las mismas oportunidades, que cada uno llegue a donde le plazca. Las oportunidades están ahí para todos, y cada uno decidimos si queremos o no usarlas, y que camino queremos formar con ellas.

Con normas relativamente nuevas, como los de la señora ISO 26000, parece que los conceptos de economía y ética, están re-penetrando en nuestra sociedad, y parece que a las empresas le quedan cada vez menos excusas para “no portarse bien”.

Expertos hablan de esta esperada norma como la brújula que guiará a nuestras organizaciones hacia el camino de la excelencia en su gestión. Camino del cual, la responsabilidad social de la empresa, o RSE, será la protagonista indiscutible, al ligarse a todos los ámbitos de actuación dentro y fuera de la misma.

No puedo evitar tener la gran duda de si esto se quedará en bonita teoría de libro, y dentro de unos siglos, si llegamos claro, mis tataranietos lean el fenómeno ISO 26000 como ahora leemos a Aristóteles o la teoría de los sentimientos de Smith. O si por el contrario, nos creeremos la necesidad de cambio, y nuestras empresas pondrán en marcha estas directrices.

Otro tema a considerar es que la norma no es certificable, es decir no impone unos requisitos mínimos necesarios, si no que deja en manos de cada empresa su asunción voluntaria.

Y no sé por qué, pero cuando hablamos de voluntad, la cosa se complica. Aunque estoy de acuerdo en que ciertos aspectos puedan tener carácter de voluntariedad, considero que algunas propuestas de la norma deberían ser obligatorias legalmente y no dejar su cumplimiento a expensas de unos pocos que se crean realmente la RSE, o de algunos más que prefieran seguir jugando con ella, y ya de paso con todos nosotros, para llegar a la meta antes que sus compañeros.

Paciencia. Todo cambio real y profundo lleva su tiempo, sólo se trata de repetir lo que aparentemente suena superficial, para que vaya calando hondo. Pero no nos olvidemos que escribiendo normas no se soluciona nada. También se necesita actuación, puesta en práctica de teorías, clásicas o modernas, pero que vienen a decir lo mismo: somos razón y sentimiento, y sólo con la conjunción de ambas la partida estará ganada, incluso antes de comenzarla.

Así que.. no hagamos como Don Pepito que solo pasó por la casa de Don José un ratito para ver como estaba su abuela, y cuidemos de la abuela.

No se trata de pasar doña ISO 26000, quédese en la empresa, y permanezca en el tiempo como un valor indispensable. Pues el mejor valor, es el que se da por supuesto.


¡Hola Doña ISO 26000! De nuevo te saludo con entusiasmo, pues hoy no toca decir adiós


:)

martes, 11 de enero de 2011

Me auto-consumo

Me enciendo un cigarrillo y comienzo a escribir.

Tiro un brik de zumo al cubo amarillo. Pronto volverá a mezclarse con el resto de residuos, en la planta de reciclado de la capital.

Desayuno cereales de avena ecológica, con leche de soja industrializada.

Entre palabra y palabra, una calada.

Me irrito porque mis padres se compran la cafetera de cápsulas tassimo, mientras me sirvo dos cucharadas de nescafé en mi taza preferida.

Reduzco mi consumo de proteínas animales. Voy a hacer la compra con mi vecina y le sugiero que compre carne.

Otra calada.

Llevo meses con unas botas desgastadas, resbalándome en cada esquina. Me voy a las rebajas y me compro una chaqueta de temporada.

Enciendo el cigarro, se me ha apagado.

Rehuyo de las llamadas entrantes de mi teléfono móvil. Le comento a mi padre las ventajas de tener una blackberry.

Día tras día no paro de pensar fórmulas de decrecimiento sostenible. Estudio marketing.

Stop. Se me apaga el cigarro. Vuelta a enchufarlo.

Me voy a correr un poco. Calzo mis nike .

Trato de comprar envases de tamaño grande cuando voy al supermercado. A media tarde echo a la máquina de vending un euro para mi cocacola cero.

Pienso en cómo serán mis hijos, en qué valores les quiero inculcar, en lo mucho que les quiero ya. Mientras su madre, que dice quererles, contribuye a que el planeta se vaya al garete.

Se acabó el cigarro.

Y me pregunto: ¿Hasta cuándo?

Y me contesto: Hasta que tenga valor.

Lástima que mientras lo encuentro otros paguen las consecuencias.


lunes, 3 de enero de 2011

El amor de mi vida

De pronto mi cuerpo se sintió atrapado, seducido, descubierto. No podía parar de recorrerte con la mirada, examinar cada milímetro de tu piel, estremecerme con cada aliento, sentir como tu olor me provocaba, como tus movimientos me agitaban, como tu energía se iba concentrando poco a poco en mi, desatando estimulantes vibraciones en mi interior..

Mi corazón se aceleraba a un ritmo irrefrenable, mientras mis manos se contraían reservando, con esfuerzo, sus caricias para más tarde. Sentía el tacto de tu piel sobre la mía, aún sin ni siquiera rozarme. La atracción hacía tu cuerpo aumentaba cada instante, obnubilando el resto, y dejándonos completamente a solas.

Lentamente fuimos inyectándo pequeñas dosis de adrenalina en cada uno de los poros de nuestra piel. Llegamos al éxtasis con cada roce, cada mirada, cada suspiro. Llenando de vibraciones aquel lugar. Y de calor aquella noche de invierno. Y mientras el espejo perdía su reflejo, nosotras nos fuimos perdiendo en nuestra piel.

Ya habíamos jugado otras veces, pero hoy disfrutaba doblemente de tu juego. Esta vez tu carita de niña buena no me asustaba, me excitaba. Sabía que tenías tantas ganas como yo y que tus gestos expresaban todo lo que tu boca, ocupada en otros asuntos, no podía articular.

La velocidad de tus respiraciones eran mi guía. Caminaba lenta y suavemente hacia ti, disfrutando cada paso, obedeciendo cada susurro, deseosa de llegar juntas a encontrarnos.

Tu voz, desconocida y sensual, me excitaba cada vez más y más. Cada instante nos parecía perfecto para estallar, pero inconscientemente y sin mencionar palabra, las dos preferimos reservar los gritos para el final.

Poco a poco el espejo se fue desempañando. Aún extasiada, no te quedaron fuerzas para esconderte y tu inocente imagen te delató. Ya no había vuelta atrás. Delicada y sensible, pero aguda y perspicaz, me hiciste tuya, y supiste, como nadie, embriagarme de pasión. Aquella noche descubrí el amor de mi vida. Aquella noche me enamoré de mí.

:)